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7 de junio de 2013

fogones




esa hora de la tarde en que el brillo vuelve a los ojos
es posible iluminar             finalmente refractar sin opacos
lagañas o pelusas
                   dónde alguna vez se sentó la mirada cuánto se tuvo
ángulo o potencia fugaz resplandor palabras apuntando
sus estallidos azules

fogonero gestor del fuego monarca de la calmada ceniza
espíritu en plena danza del ígneo             porque no agota el tiempo
todo queda labrado en los ojos y sólo hay una mirada

nunca estéril la fogata hornalla del fervor
son dos quemadores los ojos
pero rescatan          no consumen

© Carlos Enrique Cartolano. Contracorriente, 2013

Ilustración: José Clemente Orozco

1 comentario:

Alicia Abatilli dijo...

Todo queda grabado en los ojos, hasta el fuego de una mirada del jamás olvido.